Como bien sabréis, hasta hace algunas décadas se creía que el origen de nuestras emociones se encontraba en el corazón. Con el paso de los años y los avances en medicina e investigación, se ha descubierto que éstas se encuentran en nuestro cerebro y que nuestro corazón es más bien la víctima de ellas.
Desde finales de los años noventa se ha demostrado que el envejecimiento de las arterias de nuestro cuerpo acarrea un envejecimiento precoz de nuestro cerebro. Las personas con hipertensión son más propensas a padecer una demencia temprana. Por lo tanto, a mayor edad, mayor riesgo de sufrir algún problema neurológico.
Así que ya sabéis, para proteger nuestro cerebro debemos cuidar también nuestro corazón chicos!
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